El palpitar bajo las sábanas hace que la tela huela a miedo.
La respiración entrecortada, la presión en tu vientre y unas manos enormes buscando algo que incluso tú desconoces.
Y entonces te dejas llevar, olvidándolo todo.
Y entonces te dejas llevar, nadando en una inconsciencia voluntaria.
Y entonces… se hace el silencio.
Cuerdas vocales inutilizadas y un grito desgarrador que no oye nadie.
Las lágrimas saben tan amargas como el amanecer tras la noche en vela.
Cerrando el corazón y arrojando la llave al mar, la niña se oculta en el rincón más oscuro de la habitación mientras la mujer crece.
Y entonces te dejas llevar, olvidándolo todo.
Y entonces te dejas llevar, creciendo en una inconsciencia voluntaria.
Y entonces… estalla.
El mundo se hace pedazos.
La habitación cerrada con llave se abre.
La niña llora porque la luz le hace daño.
Y cuando al fin la tienes delante, le devuelves la llave de su corazón.
¿Y qué pregunta la niña, aterrorizada de todos los monstruos que danzan en su interior y que solo ella puede contemplar en sus pesadillas?
-¿Y qué pasará cuando abra mi corazón?
-Que te curarás.
Que poesía tan bonita, me ha llegado al alma… Es sencillamente preciosa!! 🙂
Lo difícil que es enfrentarnos a nuestros fantasmaspero cuando nos decidimos a dar ese paso, nuestro mundo por fin empieza a mejorar de verdad.
Abrir nuestro corazón y contar nuestra historia es la única manera de curarnos.
Ánimo a tod@s !!
Cada pasito que demos cuenta y mucho 😉 .