En los últimos meses hemos compartido algunos estudios realizados en la última década en distintos países, que han encontrado una asociación directa entre el ASI y diversos problemas de salud física y mental sufridos por el superviviente en distintas etapas de su vida.
De los resultados de dichas investigaciones, podría inferirse que haber sufrido un ASI o algún otro tipo de maltrato y no haber sanado el trauma, podría ser considerado como un auténtico factor de riesgo, valorado aún tímidamente, para numerosas enfermedades.
Cuando no es abordado en el momento y sanado adecuadamente, el trauma que producen los abusos sexuales sufridos en la infancia (ASI), invade poco a poco los pliegues más íntimos del cuerpo, la mente y las emociones, provocando o exacerbando diversas enfermedades y desórdenes, cuyo origen se remonta a muchos años antes de la manifestación clínica de la patología.
Al igual que una infección va atacando las células, los tejidos y las defensas orgánicas, la tensión nerviosa, el sufrimiento y toda la gama de sentimientos negativos y anuladores que provoca el ASI mientras ocurre, así como las secuelas que deja, van minando la capacidad de la persona de ser feliz, de conseguir sus objetivos y relacionarse armónicamente con los demás.
No sólo eso: por medio de diversos mecanismos -algunos no del todo conocidos- las alteraciones anímicas, psicológicas y emocionales que provocan el ASI y sus secuelas, finalmente terminan afectando negativamente la salud orgánica.
Detrás de algunas patologías y procesos orgánicos severos, como las úlceras, las cardiopatías, el dolor abdominal crónico, el envejecimiento precoz o la fibromialgia, también subyace un maltrato sufrido durante los primeros años de vida, y que ha permanecido olvidado o no ha sido tratado.
Según demuestran estos estudios, detrás de alrededor de la mitad de los trastornos psicológicos más frecuentes, subyace un abuso o maltrato sufrido en la niñez, muchas veces de tipo sexual, que además es capaz de modificar el cerebro y los genes de las víctimas.