El abuso físico o emocional durante la infancia podría ocasionar que las células de los jóvenes envejezcan más rápidamente, según una investigación efectuada en Estados Unidos, que sugiere que quienes han sufrido un trauma psicológico experimentan un cambio en su estructura cromosómica que los vuelve más vulnerables a enfermedades relacionadas con el aumento de la edad.
Los investigadores de la Universidad de Brown, BU, estudiaron unas moléculas del código genético humano llamadas telómeros, que están situadas en los extremos de los cromosomas y se van acortando a medida que envejecemos, haciendo que la célula sea más susceptible a morir.
El estudio publicado en 2009 en ‘Biological Psychiatry’, encontró que el trauma psicológico en una edad temprana tiene el mismo efecto que otros factores que aceleran el envejecimiento, como la exposición al humo del cigarrillo o la radiación, y que los telómeros de adultos que sufrieron abusos en su niñez se acortaron más rápidamente que los de aquellos que tuvieron una infancia feliz.
Para la investigadora Audrey Tyrka, líder del estudio y profesora de Psiquiatría y Comportamiento Humano de la BU, “es un indicio de que las experiencias precoces del desarrollo pueden tener profundos efectos en la biología”.
En su investigación participaron 22 mujeres y nueve hombres víctimas de abuso físico, emocional o sexual infantil, y otro grupo que no sufrió traumas en su niñez.