Cuando a un niño o niña le duele la tripa de forma frecuente sin una causa que lo provoque puede que su cuerpo se esté ‘quejando’ de otro tipo de sufrimiento, el que ocasionan los malos tratos, de acuerdo a un estudio dirigido por Miranda van Tilburg, de la Universidad de Carolina del Norte (EE.UU.).
Su investigación se basó en los cinco ‘Estudios Longitudinales de los Niños que han sufrido Malos Tratos o Negligencia’, realizados con 1.354 menores víctimas de distintos niveles de abusos físicos, psíquicos o sexuales o con alto riesgo de padecerlos, centrándose en 845 niños que tenían dolores abdominales, a los que hicieron un seguimiento desde los dos hasta los 12 años de edad.
“Entre un tercio y la mitad de los pacientes adultos que acuden a consulta de gastroenterología tiene una historia de abusos”, han comentado los autores de la investigación en ‘Annals of Family Medicine’, en 2010.
Según la doctora Tilburg hay “una conexión cerebro-intestino por la que el dolor influye en el estrés y éste causa dolor, y los malos tratos son muy estresantes”.
Sus datos revelan que “los niños que han sufrido abusos tienen un elevado riesgo de sufrir síntomas gastrointestinales comparados con los que no fueron abusados” y que “el abuso sexual y los dolores de vientre son más comunes en las niñas que en los niños”.