Ana, una joven agredida por un hombre que prometió cuidarla al llegar a España, cuenta mediante dibujos su historia. Muchas personas no pueden o no quieren expresarlo con palabras, pero sí mediante el arte, y es una muy buena forma de resiliencia.
Su relato comienza así: “Me llamo Ana y, hace unos años, fui violada. El agresor, a quien yo conocía, era en ese momento en quien más confiaba. No denuncié inmediatamente; lo cierto es que me costó mucho contárselo a alguien. Primero guardé silencio, tratando de comprender yo sola cómo algo así podía estar ocurriendo. Lloré mucho, me castigué, traté de apartarlo de mi cabeza y, al final, un día, fue incontenible: acudí a dos amigas y les conté lo que pude. El resto, lo que no fui capaz de expresar en palabras, lo dibujé.”
http://yotecreo.net/comic/
Hola quiero exponer mi caso porque estoy desesperado.. Soy una victima de abuso junto con mi hermana.. Ella lo ha superao y no recuerda nada exepto que cogio asco a los hombres siendo ella la que se llevo la peor parte.. Yo solo fui testigo y algo participe a peticion de nuestro abusador.. Yo no lo tengo superado.. Tengo las imagenes grabadas en mi memoria y el chillido de mi hermana cuando la penetro en la mente.. una parte de mi esta muy afectada y eso me ha creado una mala imagen de mi y me esta afectando a nivel afectivo personal y social..necesito ayuda para superar eso y ser feliz interiormente y terminar mi vida lo mejor que pueda…
Hola Daniel.
Obligar a un menor a presenciar abusos sexuales o relaciones sexuales entre adultos está considerado como abuso en sí y deja secuelas. Lo mejor que puedes hacer, bajo nuestra experiencia, es buscar a un psicólogo especializado en abuso sexual infantil y comenzar a trabajarlo. Es importante que liberes los sentimientos que te haya causado, que pongas la culpa en quien corresponde y sanes lo que haya quedado dañado en tu interior. Es posible sanar y vivir una buena vida si te lo propones. La terapia puede hacerte concetar con el dolor y pasar por momentos duros, pero vale la pena. Un abrazo.
Una abrazo, Dani.
¡Ánimo!